Pienso que este pequeño libro de Marina Nill posee en sí mismo una virtud primordial, y ésta va más allá de referir y prevenir las vicisitudes que deberá atravesar el autor de un libro al tratar de publicarlo y difundirlo. Creo que su fin último es que el libro por fin terminado y editado nos haga sentir fantásticamente bien, tal como el pintor al terminar un cuadro y ve cómo la gente se reúne a mirarlo, y que ello nos de ánimo para seguir escribiendo otros. En esto radica su real valor, sumado a la generosidad de ceder toda la información por muchos años acumulada en la experiencia propia.  Para que nos sea útil a otros, para que los textos que merecen un lector puedan encontrarlo.

Conociendo a Nill y su trayectoria, la presentación de este libro-guía responde a sus inquietudes y a su ética y también a su estética, con esa manera fluida y coloquial de explicar y contar hasta con cierto humor, de manera que nos imaginamos estar frente a un colega que nos cuenta con sinceridad y desinteresadamente su road-crossing con los libros.

Este libro Y ahora ¿qué hago? es pequeño pero claro, sintético, expresivo, informativo, y sobre todo germinador de la semilla de la posibilidad. Un autor ya agobiado por la escritura, frente a un mundo adverso que le presenta una contrariedad tras otra, puede descubrir en él la posibilidad de darse a conocer, de transmitir su obra.

La gran mayoría de los autores consagrados debieron en sus comienzos, autoeditarse o prepararse de cierta manera para presentarse a un editor o agente, “venderse”. Ellos no poseían los innumerables medios de comunicación que hoy disponemos. Se ha tipeado mucho desde entonces y los cambios no fueron sólo tecnológicos. Hoy las posibilidades autorales y editoriales son infinitamente mayores. Este libro nos habla de eso y nos transmite los principales conocimientos para que nuestro libro pueda moverse desde el manuscrito al lector, en quien hallará su realización y destino. Aprender a utilizar esta guía puede encajarnos en el buen camino.