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Martín Alvarenga

Escritor

En el devenir de la novela

MARINA NILL EXPLORA SU IMAGINARIO

Una joven narradora, de Resistencia, Chaco, hace pocos años se plantó en la literatura del Nordeste Argentino con una atractiva producción literaria de largo aliento, denominada Llamaradas de Recuerdos, que concitara la atención de los lectores y la curiosidad de los medios de comunicación de la región.

Ahora Marina nos trae otra novedad: Bufeos, su segunda novela que pone en valor la dinámica intergeneracional del impulso de este género narrativo que no ha sido muy frecuentado por los escritores de esta distancia del trópico sur, más aún teniendo en cuenta el manejo del tema y el montaje con que la autora se desenvuelve con solvencia en acertados recursos literarios y en un asunto que produce la intriga sostenida en esta propuesta de ficción.

En principio, por su caudal de facetas, esta obra se me antojó como la forma de un poliedro, por los distintos planos a través de los cuales aborda los personajes, los acontecimientos y los escenarios, en una serie de cruces de territorios con contrastes, en un ir y venir que acreciente el interés de su lectura: Chaco y Corrientes, Corrientes y Chaco, son los espacios vitales de esta escritura que mana reflexiva y espontáneamente, con un sesgo procedimental de novela policial. Parecerá caprichoso pero su configuración tiene algunas asimilaciones con El nombre de la rosa de Umberto Ecco, por el formato de la novela negra aunque la de Nill sea coetánea al lector, mientras que Ecco nos remite al mundo medioeval.

La autora se catapulta a un viaje a la otredad (a su alteridad, a lo Otro inmanente, a lo Otro Indecible) volviéndose a sí misma, en el personaje de la doctora Devoto. Otro símil pasa por mi cabeza, el proceso de interiorización y exteriorización, de afuera hacia adentro y de adentro hacia fuera,  me recuerda al personaje excéntricamente profundo del filme de Eliseo Subiela Hombre mirando al sudeste, en su coordenada metafísica y psicológica, alguien que está en un hospicio y que su locura más que locura se acerca a la cordura, no aceptada por la sociedad y por su portavoz, el institucionalizado psiquiatra.

Esta obra, identificada como Bufeos, por la profundidad de su tratamiento, representa una crítica aleccionadora para el psicoanálisis hortodoxo, una crítica fundamentada en ideas y transmutada en el relato, pues la ponencia de la obra hace un corte incisivo sobre el confinamiento de las ideologías y los métodos cerrados en el derrotero de la doctora Devoto, separada por los años oscuros de la década del setenta del padre de su hija y, a la vez, su gran amor al que intenta reencontrar manteniendo viva la llama de la esperanza.

No dejaré de advertir que este libro, por sus connotaciones psicológicas y por ser una novela que trata de proponer otra interpretación de la mente humana, es valiosa para ser incorporada en los planes de estudio de la carrera de psicología.

Un personaje que corre paralelo a la Doctora Devoto es Mara Santos, una joven presa en un estado de aislamiento que denota una patología extrema, paciente que por su complejidad en muchos momentos  supera a la médica. Así es como la analista debe abrir su mundo académico al universo descarnado de la vida cotidiana, debe estar preparada para abrirse ella misma y generar la confianza a fin de favorecer una impronta o un acto fallido de su paciente en un trabajoso derrotero, al recordar que su esposo había sido pionero de un enfoque de la psicología que unía las tradiciones de Europa y Occidente, que excedía el plano biológico y anímico y que, incluyéndolos hacía un viraje hacia el hinduismo con una piedra de toque en su nomenclatura: la supraconciencia, el alerta del profesional que tiene que trabajar los síntomas no por lo que se ve o se compara, sino por lo que se interpreta y se comprende, aceptando desde el vamos un mundo paralelo con el cual convivimos y dialogamos más allá que ese mundo sea o no verificable, lo importante es que este carril subterráneo de pronto nos ofrece señales como flashes para articular una asimilación holística del mundo interior, especialmente en el caso de que el analizado esté en una situación no habitual para la aplicación de las teorías de Freud y de Lacan y el profesional tenga la maleabilidad y el coraje de triangular los métodos: psicoanálisis con gestald, psicoanálisis con método cognitivo, psicoanálisis con la espiritualidad oriental (los libros sagrados del hinduismo y los koan zen).

Bufeos, una palabra que es como una clave indescifrable en la narración, una frase de naturaleza mítica que se corresponde con un mito luso-latinoamericano que mantiene expectante al lector en ese periplo esforzado de decodificación, de encender el faro en el corazón del misterio. En esta secuencia se unen la dimensión psicológica con la dimensión mítica enriqueciendo el fluir de aquello que se está contando.

A esta altura es necesario subrayar las cualidades de la narración: a) Enfoque y desarrollo con técnica de novela policial. b) Novela psicológica. c) Novela de género por el valor, la entereza y la inteligencia de una profesional que es capaz de reconocer sus limitaciones para dar un salto cualitativo ponderable en el caso de una mujer que asume su femineidad dentro del marco de lo humano. d) Inserción mítica que no se hace presente en toda  la novela pero que está al acecho, que se cierne como un misterio que aparece y desaparece, que asoma como una incógnita que muestra aceleradamente su anverso más que su reverso.

La propiedad del mito enlaza – en menor medida - la propuesta con la tradición del boom latinoamericano, un mito arcaico y erótico, un mito secreto y, en sentido amplio, incomunicable en el zigzag y la ondulación del texto que se cuenta a sí mismo. El lector, por su parte, tendrá que enterarse por sí mismo si esa historia ejemplar le es asequible en su desenlace, en la exigencia de concentrar el interés e incentivar la curiosidad.

En este itinerario hacia la otredad, dos mujeres, la médica psiquiatra y Mara Santos son las protagonistas que se cruzan en un contrapunto de patología, espiritualidad y sanación. Tan vital es la presencia de las dos que en novela ninguna de ellas podría faltar para que la aquélla existiera como ficción.

En el decurso se produce un juego polarizado en la pulsión de vida (Eros) y en la pulsión de muerte (Tánatos), especialmente en el duelo implícito de las protagonistas.

Acaso Bufeos nos esté ofreciendo una historia aleccionadora: que en la humanidad no hay seres invencibles, que los psiquiatras, los psicólogos y los psicopedagogos, o toda aquella esfera en donde se manejen cualesquiera de los poderes, la única salvación está en transformar el poder en servicio, la fuerza de la inteligencia en una identificación circular, creativa y emotiva con el prójimo.

Marina Nill, excelente en el manejo del asunto central y de los temas paralelos, nos revela ese riesgo de la existencia en que todas y cada una de sus criaturas que buscan su lugar en el mundo, un espacio de supervivencia que les conceda un sentido a la aventura de ir hacia el otro, en un modo de pensar y sentir, de relatar y participar en la vivencia y en la convivencia del diálogo y del acontecimiento humanos.

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